martes, 4 de mayo de 2010

EPÍLOGO


Creo que escrito estas líneas en mi cabeza lo menos un millón de veces y nunca me había quedado claro como enfocar la narración de lo que ha sido todo esto, hasta que ha llegado el momento. Mis emociones han navegado entre el  pesimismo y el  optimismo, entre la frustración y alegría, entre los sentimientos más contrapuestos porque ha sido de largo mi temporada más irregular a nivel ofensivo, la más tensa… en la que casi pierdo mi amor por este deporte, pero gracias a Dios lo volví a recuperar cuando pensaba que mi destino iba a estar lejos de aquí. Y ahora que el viento sopla a favor, que me divierto, que no quiero que se acabe… llega el momento de la retirada. Pero como digo, me retiro feliz, porque las dos criaturas que vienen en camino hacen que me olvide de que ya no volveré a disfrutar con mis amigos, y aunque los echaré mucho de menos, el dulce regalo de la paternidad lo compensa todo. Parafraseando a aquel genio ¡Porque la vida puede ser maravillosa!
Así que mi partido contra Ordizia cerrará mi segundo ciclo de cuatro temporadas aquí, y creo que pese a todo lo que me ha tocado ver este año, han sido más los momentos de felicidad que los amargos. Por ello me gustaría agradecer a una serie de personas que son especiales para mi persona, todo lo que me han aportado o me han ayudado y lo importante que han sido en esta etapa de mi vida que se cierra: